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Una cena agradable

Hoy estoy en Mérida. Dos días fuera de Madrid para "reposar" de todo aquello y tratar de ganar dos clientes para mi empresa. No me pagan dietas, no me pagan kilometraje (voy con coche alquilado), los hoteles sirven para "descansar" y poco más ... Pero ... Gloria en el cielo a aquellos que dejan su WIFI abierto :-)

Mérida ( Emérita Augusta ) se encuentra a unos 340 Km de Madrid. Se cubre en unas 3 horas en un Renault Scenic que la empresa ha alquilado para ti, a ritmo de El Bicho, Chambao, James Blunt, Madredeus y tres o cuatro estilos más en unos cuantos CDs que vas alternando. Como llegas de noche, no puedes ver mucho más que la silueta de las luces de la ciudad, pero después de alojarte en un hotel que parece una burda imitación de los antiguos templos griegos en sus decorados interiores, y dar un paseo hasta el centro de la ciudad, descubres algunos de los tesoros que esconde. Mañana me han recomendado no perderme (siempre después de dejar satisfecho al cliente que recibirá mañana mis ojeras) el teatro y la muralla romanas, y un pequeño recorrido por el centro de la ciudad.

Por fin he disfrutado de una cena sabrosa en todos los aspectos. En el hotel me han recomendado un Restaurante que ha hecho las delicias de mis más pretensiosas inquietudes esta noche ... En un salon elegante y amenizado por la compañía de un camarero de nombre Pedro que ha recorrido una extensa parte de Italia, comparto parte de mis recuerdos de aquel viaje, de aquella aventura de 2 semanas por la Toscana y la Liguria. Como manjar exquisito, una Sopa Extremeña y un delicioso solomillo de Cerdo, bañados por el sabor de un Privilegio de Romale, un vino de "posgusto largo y persistente" (y tan persistente). De postre un delicioso flan casero con nata. Y para cerrar tan suculento menú, un café descafeinado con leche y un chupito de Limoncello. Mens sana in corpore satisfeto.

Vuelta al hotel tras un fresco paseo por la ciudad, y a dibujar con letras esta dulce experiencia. Me giro en mi habitación, y veo esa cama, enorme, que me llama dulcemente. Abro más mis pupilas y mis ojos abarcan el resto de la habitación. Cómo me gustaría tenerte ahora cerca, tan cerca como una llamada de teléfono puede permitir. Sólo ese cerca. Para decirte que te echo de menos. Para decirte que me muero por verte otra vez. Para que me abraces con tus susurros. Para dormirme un poco más cerca de ti.

"I know that today is good because I’m alive."

Escuchando : Patrice - Ancient Spirit - 02. Everyday Good.mp3

4 comentarios

maría -

me encantó tu relato. me viene muchas veces a la cabeza..
es muy real. y claro, muy claro. lo identifico perfectamente con algún momento igual.. o parecido.
me gusta.

J -

Realmente me alegra que tengamos un denominador común, aunque mi final también sea ficción. Aunque es una ficción más próxima a aquello que anhelo que a aquello que imagino ...

Bienvenido a mi blog Tonins, me alegro de que estés por aquí :-)

Tonins -

Hola, una de tus lectoras me ha redirigido aquí... al parecer tenemos un denominador común en las historias... aun q en gral las mias suelen ser ficción...
la tuya parece un poco más real...

un saludo, me ha gustado el final.

VIR -

Pues sí que era persistente el vinillo...;)